Quizás estaré muerto cuando no pueda sentir que mi corazón
encontrará un lugar para sentarse sobre el universo
por difícil o alejado que se encuentre ese lugar.
Quizás estaré muerto cuando olvide la belleza de caminar a ninguna parte.
Quizás este muerto cuando lo amargo de mis lágrimas
pierda la mágica alquimia de endulzar mi crecimiento.
Quizás este muerto cuando crea que existe algo más maravilloso que abrir.
Quizás estaré muerto cuando olvide que
absolutamente todo instante de lo que vivo tiene la misma importancia.
Quizás esté muerto cuando olvide que la paciencia para escuchar
la verdad de mi corazón es la gran virtud que disipa cualquier resistencia.
Quizás muera sin descubrir donde reside cada acto de amor que se realiza cada día o
quizás,
cuando muera,
solamente será allí donde deba vivir para siempre.
