domingo, 6 de junio de 2010

El Sol nunca

La paz interior solo puede habitar donde se deja de evitar, así como una de las más bellas y complicadas destrezas es la de saber amar a lo que necesitamos.

Solo la conciencia podrá disolver los cien egos cuando ha sido capaz de no limitar ni uno solo de ellos. Porque detrás de los cien egos, quien de verdad vive eres Tú. Para poder usarlos sanamente ya no serán cien, sino mil los que empezarán a responder a quién no es ninguno de ellos.

Para encontrar habrás de abandonar. Un hermoso arte es el de abandonar cuando se está dispuesto a no evitar lo que implacable e inexorablemente se acerca para acariciar o rasgar tu corazón.

Por ello el corazón que evita nunca podrá verdaderamente saber si la miel es amarga o dulce es la herida.

Habrá quien se deleite con una amarga miel, como habrá quién vea nueva salud en sus heridas. La paradójica diversidad existencial del corazón humano es infinita pero siempre vive para amar y ser amado.

Vivir para amar no es solo amar lo que necesitamos, el sol nunca niega uno solo de sus rayos aunque resplandezca más bello sobre algunas superficies, vidas y formas.