Ese casi extraño despecho que nunca sabes si es más rabia que amor propio, o más dolor que grandeza.

A veces hay más proyección que realidad, no es tanto un problema cuando eres consciente de ello, quizás se llame entrega y creer para crear.

no hay

En el encuentro acaso podría dosificar la cantidad, o incluso mesurar la intensidad y no controlar mi vulnerabilidad, pero es imposible que disminuya la calidad porque esta es inherente a mi alma, y para eso no hay vuelta atrás.

¿Para qué agarrar tan fuerte cuando puedes acariciar rozando con toda la superficie de tu alma libre?

Imagen de Kim Keever - Across the Volumes