domingo, 15 de marzo de 2009

Uno de los mayores desafíos enfrentados

Volé muy alto …

allí donde ninguna necesidad latía,
allí donde mi propio abandono era la fuente de vida,
allí donde la comprensión y la sensibilidad por instantes crecían,
allí donde el amor era la escuela que sin aulas construía.

Desde allí caí, no una vez, sino mil.

Grandísimas lecciones enseña el vivir y una de ellas reza así:
‘La esencia natural del ser es el amor,
él es la única armonía paradójicamente impermanente
y sanadoramente eterna’

Otra enseñanza dice:
‘Las dificultades, conflictos y contradicciones que encontrarás
acompañarán tu camino externo y tu camino interno,
llenándolo, en ocasiones, de angustia y dolor
pero ellas encierran el gran secreto para encontrar la llave
que no abre, sino que es capaz de eliminar todas las puertas’

En un momento de mi vida he encontrado uno de los mayores desafíos que debía afrontar. Algunos conflictos calan tan hondo en tu corazón que igualmente profunda debe ser la comprensión y entrega a él. La mente y el propio ego son capaces de elaborar las más sencillas o sofisticadas formas de evasión para eludir la realidad que en algunos momentos inquieta y perturba la paz de tu existencia.

Descubrí que, en muchos casos, mi capacidad para aceptar la realidad que me viene impuesta es mucho mayor que la capacidad que tengo para descubrir la verdad de mi corazón. Revelador hallazgo este que se presentó en uno de los momentos más difíciles, en el que tuve que afrontar el saber comprenderme y perdonarme por haber dedicado muchísima energía y pasión a algo que, aún siendo tremendamente bello, no representaba realmente lo que yo creía sentir.

Ahí estaba la clave, llegó demoledoramente desgarradora y desestabilizadora. No desesperaba porque conozco la fuerza infinita de crecimiento y superación de mi corazón, pero llegó este conflicto capaz de debilitar fuertemente mi energía e incluso capaz de alterar mis funciones vitales.

Hasta que no alcancé el momento en el que fui capaz de comprender que cada uno de los actos que había realizado en ese proceso y esa entrega habían sido hechos con todo mi corazón, no llegué a comprender que esa misma era la razón por la que debía perdonarme. Solo entonces pude volver a empezar a reconstruir mi camino y volver a abrir mis alas desde el único sitio desde donde de verdad se hacerlo.

Cada uno de nosotros vive, crece, aprende y ama como mejor sabe o puede hacerlo. Para mi lo únicamente importante es que en cada uno de nosotros la paz y la pureza de corazón sean el estado vital desde el que podamos desarrollarnos, compartir y cooperar en la responsabilidad conjunta que tenemos con la vida y con el universo.


‘La evasión de la verdad podrá llevarnos a mil lugares, pero en ninguno de ellos nuestra luz será pura’

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