jueves, 30 de agosto de 2012

Lamento de locura infame


Lamento de locura infame la que despierto de sed y condena,

no es mi luz sino mi cuerpo quién sufre eterna pena.


Callado aguarda la sombra de tus lazos tan firmes y delicados

que no necesitan de mí más que mi eterna belleza, esa

que ahora late y borbotea desde el mismo sexo de vida y hambre.


Ahora que no muere no hay diablo despierto, sus vestidos cambian

y tornan púrpura y verdes ungüentos de pasados que no quieren ser descubiertos.



Más sentido siente sentir mi dolor que amargo muere en la dulzura de mi propia vida,

esa que no aparenta sin traslucir más de lo que ni siquiera presienta la luz de tu tormenta.



No es odio ni culpa ni vítores de villana muerta,

no entiendo sino escupo la luz vestida

y desnuda de ti,

de mí

porque sé que en vida eterna ahora mi alma entera vibra y amplia

su

infinito robado para conocer la mayor de las bellezas, es tuya, es mía, es nuestra.







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