miércoles, 23 de febrero de 2022

{...5}



No quise ver las dificultades
porque mi intuición y mi fe
desdibujaron sus nombres,


No puedo más
que colorear el lienzo de tu alma
con los azules eternos
y el púrpura invencible de mis 
dedos.


No supe querer para otro lado
ni mirar el callejón del viento
asustado y seco.


No soy más loco
que quien descansa
sobre la verdad
de cada cicatriz 
de su pecho.


No soy más
que una luz habitada,


capaz de ver en albor
de tus labios tempranos
el agua de rosas que tibia,


hechicera y desafiante,


derrama la ternura escondida
de tu sol de invierno
tan calmo como fulgurante.


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