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Volaba confundida
a las insondables
tierras del mañana,

Engañada por un falso deseo
de creer satisfacerse
en el reino de lo venidero
e incierto,

turbada por anhelos futuros
que
limitan el torrente de poder
de su magia
ancestral y romántica,

nunca engañada por el
deslumbrante
estremecedor fulgor
de nuestros labios vencidos,

nunca por el alba colmada
en la llama azul
de nuestros abrazos
en almíbar y deshielo,

nunca por una verdad muda
incontestable
que prende en nuestros cuerpos
vacíos
de oscuridad y miedo,

nunca por dos mentes
de entrega inquebrantable
a la experiencia tejida
de elegancia
y mimo sincero,

nunca por un susurro líquido,
cadencioso y certero
que baila pleno de ser
en el balcón
de nuestros besos de cielo,

Casi escapa desconsolada y fría,
ahogada
en el llanto de su trampa,

Venturada y consciente
torna mi alma al presente,

Dichosa
regresa a la fuente inagotable
de verdades sin tiempo
esa que enseña 
que aquí es siempre
y el ahora es eterno.