No es automática, ni mía, ni máquina. Nunca podre afirmar
que la negación divina no es más que la afirmación de la verdad incompleta,
fragante y maravillosamente viva. Ahora que no sé más que lo que no sé, nada
puede ahogar la mente ni las palabras ni la bendición que no es Amor sin
condiciones.
No soy frío ni me lo hago me diluyo en cascada de fuente
inaprensible y gozosamente tan escurridiza como perenne e insondable. Sí digo
sí y no digo no, es dolor, tristeza, frustración, esperanza, consciencia,
complicidad, abandono y encuentro.
No es sueño ni puede serlo es tan real como tus labios
cuando viven mi encuentro mudo desdichado de desdichas y alcanzado y derribado
por la bondad que danza y ríe, juega y colma…crea para creer, cree para amar,
ama sin final.
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