viernes, 26 de abril de 2013

No es lo mismo enamorarte de la persona equivocada que enamorarte de La Persona, en el momento equivocado. Ambos casos, tanto duelen como enseñan. Con el paso del tiempo ambos se convierten en aciertos para quién ama la vida. La amargura del primero se transforma en aliviada experiencia, mientras en el segundo, la pena más profunda te abraza con una delicadeza que siempre, y quizás más lentamente, se convierte en admiración y amistad eterna.

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